Maison
Francis Kurkdjian
Paris
Desde la creación de la Maison Francis Kurkdjian, experimentar el perfume en todas sus formas era un deseo para mí, ilustrado por nuestro lema «24 horas de vida perfumada». Asociando los perfumes de alto nivel al cuidado de la ropa de cama, las pompas de jabón o incluso el cuero, he creado sin duda una sorpresa. Al igual que la alta perfumería, todos estos productos se someten a las mismas exigencias y requieren un saber hacer de composición propio de cada uno.
Es en el alcohol donde se despliegan todas las facetas olfativas de una fragancia (agua de colonia, «eau de toilette», «eau de parfum» y extracto) y se agudizan sus detalles. La técnica, más allá del estilo, está sobre todo al servicio de la difusión del perfume en el aire y de la armonía de su recorrido olfativo sobre la piel.
En función de los soportes o «bases», como productos espumantes (gel de ducha, champú), productos «blancos» (crema o leche corporal), productos «grasos» (aceite corporal y vela), jabones, polvos de talco e incluso detergentes, los problemas técnicos son muy variados. Si el alcohol utilizado hoy en día para el perfume de la piel es inodoro, los otros soportes tienen olores de base más o menos predominantes.
“Cada producto requiere una técnica de composición con sus propias reglas.”
Baccarat Rouge 540
Scented hair mist
Mi misión es entonces adaptar mi formulación para que la calidad, la experiencia y la restitución olfativa sean óptimas. Por eso soy intransigente en todas mis creaciones.
Dentro de la Maison, utilizar un producto perfumante es para mí otra forma de vivir plenamente y de forma diferente su perfume, encontrando la misma riqueza de ingredientes y las mismas tonalidades olfativas. Para obtener este resultado, tengo que adaptar la fórmula para salvar las restricciones ligadas al soporte.
En un gel de ducha, las notas de cabeza se aumentan para cubrir el olor de la base espumante. En una crema, será necesario liberar las notas de fondo para volver a dar plenitud. Para una vela, la cera absorbe los perfumes hasta, en ocasiones, hacerlos desaparecer, sin contar la dificultad relacionada con la combustión porque no es el perfume que se quema, sino la cera licuada, la que deja escapar el perfume.
A lo largo de los años he ido consolidando mi técnica para que cada una de mis creaciones, al aplicarla en estos múltiples soportes, reproduzca fielmente la inspiración original y proporcione una experiencia olfativa fiel. Así, como en un taller de alta costura, despliego para la Maison Francis Kurkdjian todo el saber hacer que el perfume requiere para servir mejor a quienes nos hacen el honor de elegirnos.
